A lo largo del año hay ocasiones especiales que, sí o sí, asociamos con disfraces infantiles: Halloween, Carnaval, Navidades… pero cada vez es más común contar con disfraces para cumpleaños, reuniones con amigos del cole y otras celebraciones.
Las ventajas y beneficios de que los niños se disfracen son muchísimas. De hecho, hay quiénes se preguntan ¿por qué no disfrazarse en una tarde de lluvia o yendo a la compra al súper?
En los tiempos que corren, la casa se ha convertido en un multi-todo. La casa es escuela, es patio de recreo, es lugar de aventuras y de aplausos a las 20h. Celebramos los cumpleaños en los balcones y vamos inventando juegos un día tras otro.
Hoy os traemos algunos de los beneficios que unánimemente los psicólogos y pedagogos señalan cuando hablamos de disfraces infantiles. Quizá después de leerlo decidamos incorporar los disfraces a nuestras aventuras en casa.
Ventajas y beneficios de los disfraces infantiles
– Desarrollo de su creatividad e imaginación: empiezan por disfrazarse de papá y mamá con las ropas o complementos que les pillan por casa, después vienen los profes u otras figuras de referencia cercanas para, poco a poco, dar paso a un imaginario de fantasía sin límites. Combatir un dragón, volar naves espaciales, apagar fuegos, etc. son las aventuras escondidas en los disfraces infantiles.
– Fomento de la empatía: disfrazarse les invita a ser otro, a sentir como otro. Este cambio de perspectiva supone un valor altamente educativo.
– Desarrollo de las habilidades sociales: que se fomenta cuando se disfrazan con otros niños o acuden a una fiesta de cumpleaños, por ejemplo. O, simplemente aunque sea en solitario, al ver a otros niños disfrazados les ayuda a despertar un sentimiento de pertenencia de grupo y a la mejora de la sociabilidad. Esto ocurre igualmente cuando la familia, sea del tipo que sea y lo grande o pequeña que sea, se disfraza unida. (Familia que se disfrace unida, permanece unida 😉).
– Mejora de las habilidades comunicativas: los disfraces les ayudan a meterse en un rol en el que para su ejecución requieren de un vocabulario y código lingüístico distinto al que manejan habitualmente. Así, disfrazados acuden a terminologías médicas, espaciales, de piratería o cualquier campo que nos podamos imaginar.
– Estimulación del desarrollo emocional: refugiarse bajo el disfraz de un personaje es, sin duda, una buena herramienta para poder sacar a luz ideas y sentimientos que sin ello no serían capaces de hacer. Miedos, alegrías, conflictos y secretos de nuestros hijos salen a la luz mientras llevan puesto el disfraz.
– Ayuda a eliminar la vergüenza: cuando se ponen un disfraz, los niños se expresan más libre y abiertamente, ayudándoles a liberar tensiones y a quitarse de encima la represiva vergüenza.
En positivo
Pero para que el disfraz infantil tenga un valor educativo es imprescindible no obviar una serie de aspectos importantes como optar por disfraces positivos, y no por aquellos que puedan transmitir mensajes violentos, discriminatorios o demasiado idealizados. Y, sobre todo, dejar que los niños se pongan y jueguen con aquello que les haga feliz, sin ponerles etiquetas, sin juzgarles. Hay que dejarles explorar y no traspasarles nuestros prejuicios adultos.
Nuestro catálogo de El rey del Carnaval está lleno de ideas de disfraces infantiles que les encantarán a los niños. Cuando podamos salir a la calle los podréis encontrar en las tiendas de disfraces. Pero ey, de momento podéis coger todas las ideas que queráis 🤗.